Recordamos la distinción que recibió Fernando Semino en el 2011 de parte los Veteranos del Rugby. “Es un orgullo para todos. Para mi familia y mi club”, dijo Ferny. Recordamos una nota hecha al respecto
Las buenas acciones no pasan inadvertidas, y a la larga o a la carta tienen su reconocimiento. Y si no, habrá que preguntarle a Fernando Semino, quien recibió el premio “Caballero del Rugby” por un hecho que protagonizó en 1999, cuando jugaba en juveniles.
—¿Qué es lo que hace del rugby un deporte distinto?
—La generosidad, el compromiso y la lealtad. El rugby es un deporte donde te enseñan de chico que tenés que dejar todo por tu compañero, a ser un buen tipo dentro y fuera de la cancha. Creo que lo que lo hace diferente es que al ser un deporte muy físico (además de mental), lo tenés que jugar con agresividad sin perder la lealtad. Para mí, eso de que el rugby es un estilo de vida no es una frase hecha.
-¿Qué es lo que más te irrita dentro de una cancha?
—Cuando un árbitro toma un protagonismo innecesario… Cuando pita de más, vuelve a pitar, traba el partido y te habla… El protagonismo es de los jugadores, del equipo.
—¿Hubo algún hecho en tu vida deportiva que te marcó?
—La gira del 2000… Se armó un grupo bárbaro y después salimos campeones de la Urba. Con las tres divisiones, primera, intermedia y preintermedia, le ganamos al CASI. Tuve la suerte de meter tres drops en la pre y dos la inter. Para mi fue muy importante, ya que después me llamaron del seleccionado de Buenos Aires.
—¿Cómo ves el presente de Atlético del Rosario?
—Faltan muchos jugadores importantes pero con el correr de las fechas vamos a ir mejorando. Creo que clasificando al Top 14, ahí se puede empezar a gestar un muy buen equipo.
—¿Te quedó alguna asignatura pendiente en el rugby?
—No, es más, el rugby me dio muchas cosas. Me dio, por ejemplo, todos los amigos que tengo, conocí muchísimos lugares. Para mí, eso de que el rugby es un estilo de vida no es una frase hecha.
—¿Cómo definirías el premio que recibiste?
— Un orgullo para todos. Para mi familia y mi club.
Un gesto para recordar
Esta historia comienza en la semifinal del torneo M19 de 1999, en Plaza Jewell, entre el local y Jockey Club. Ese partido no tuvo linesmen oficiales por lo que cada club aportó uno. En un determinado momento, el conjunto verdiblanco tuvo un penal a favor. Alberto Di Bernardo pateó y los colaboradores vieron dos cosas distintas. El linesman de Jockey levantó la bandera; el de Plaza no y la da mala, al igual que el árbitro. “Yo estaba bien abajo de los palos y veo que la pelota entró, muy fina pero la veo adentro. El árbitro da salida de 25 y antes de hacerla le digo que la pelota había entrado. Me acuerdo de que me dio la mano, hizo la seña de que el penal valió y salimos de mitad de cancha. El partido siguió normal, solamente con tres puntos más para ellos. Nunca tuve un reproche de mis compañeros. Recuerdo, sí, que Luciano Baetti, que había sido capitán de Los Pumitas ese año, empezó a aplaudir, reconociendo el gesto. Después, nadie le dio más importancia al tema, hasta que Miguel de Lara lo presentó en la Asociación de Veteranos donde me premiaron”, rememoró Semino.
Cosa de grandes
La primera vez que los veteranos de Buenos Aires otorgaron el premio “Caballero del Rugby” fue en 1976, distinción que recayó en el ex Puma Adolfo Etchegaray. También lo recibieron otros Pumas como Hugo Porta, Marcelo Loffreda, Nicolás Fernández Miranda, Santiago Phelan o Daniel Baetti, quien fue galardonado en 1989.